NOVEDADES


Sinopsis
El Comisario Barton es un hombre amargado, huye de un oscuro y tormentoso pasado que no lo deja avanzar. Lleva dos años en una ciudad donde nunca pasa nada grave. 

Durante una noche de frío invierno, con  la niebla espesa que consumía toda la ciudad,  encuentra el cadáver de una joven vestida con extrañas ropas. El Comisario no encuentra ni una sola pista que lo lleve a detener al asesino, eso lo tiene desquiciado. 

Han pasado días de investigación exhaustiva,  sin que aún haya alguna señal para resolver el caso.  Esta completamente cansado,  esa noche pide una chica de compañía. Cuando abre la puerta, ve a la mujer y se queda atónito, delante de él se encuentra el espectro de la chica del callejón.

¿Qué clase de broma le está jugando el destino?

































"Dos días y tres noches"

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"Dos días y tres noches"
Evelyn salió de trabajar cuando el sol aún no había hecho su aparición. El turno de noche era para ella cruel. Estaba en inferioridad de condiciones con respecto a sus compañeros; como no tenía hijos, ese horario recaía sobre ella.
Evelyn era guardia de seguridad de una empresa multinacional.
Se encontraba un poco aburrida de la vida y de su rutina; ahora llegaría a su casa, como cada día, y su chico le echaría un polvo rápido antes de irse a trabajar, dejándola insatisfecha como lo hacía siempre. Y ya llevaban siete meses viviendo juntos.
Hacía seis meses que estaba en aquel nuevo empleo y a él parecía que no le importaba mucho. Llevaba días reflexionando sobre su trabajo, preguntándose si merecía la pena, pero decidió no analizar más su situación, y seguir con su vida tan monótona como siempre.
Evelyn tenía el cabello castaño claro y sus ojos de igual color. Era una mujer elegante, delicada y poseía una serenidad que contagiaba, a pesar de ser guardia de seguridad y pasarse las horas haciendo deporte.
Una noche que hacía su ronda, eran cerca de las dos de la madrugada y ya había revisado las afueras de la empresa, así que decidió entrar en el edificio; echaría un vistazo dentro por si algún empleado se
había dejado alguna luz encendida o puertas que se habían quedado abiertas. Se fijó en que había claridad en un despacho.
—¡Mierda, es el del mandamás! —dijo para sí mientras se acercaba a la puerta—. ¿Cómo puede haberse quedado hasta estas horas trabajando?

Ella no conocía al jefe aunque suponía que sería un hombre mayor, de ahí que no pudiese evitar su sorpresa al verle: tendría unos 40 años, bien cuidado, de cuerpo fuerte, pelo negro, y guapo, muy guapo

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